Descripción
Amor y erotismo, dos de las grandes manifestaciones del sentimiento humano, son las pilastras
sobre las cuales Helcías Martín Góngora levanta el edificio humano de La piel.
La piel se constituye aquí en el espacio para sentir y amar: Tu piel ganada en la caricia, tu piel de
todos y de nadie… y clamar que la piel es cuanto acerca al hombre al pétalo, al estambre. Que
las yemas furtivas de los dedos son extraviadas alcatraces/que descubren jardines sumergidos en
los desnudos zonas corporales, le dice el hombre a la mujer amada en el poema liminal; y la mujer
en La amante de las mil y una noches, le expresa al amado: Amo tu frente huracanada, / almena de altos pensamientos. […] Amo tu falo sembrador/de auroras en toda mi carne. …] Amo tu cuerpo, a cuya sombra / tendido estoy cuando te entrego7 en la secuencia apasionada la flor bivalva de mi sexo.
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